04-10-13

La clase de DAI de este día fue parecida a la anterior; nada más llegar colocamos los cartones que ya habíamos dejado pintados el día anterior sobre el despejado suelo de la sala.

Más tarde tuvieron lugar las presentaciones de los compañeros; en este caso, de Cristina, que habló sobre su pasión por las acuarelas y de Natalia, que nos explicó cómo Les Luthiers le habían influído en su vida desde pequeña. Después de las presentaciones, continuamos observando una serie de imágenes proyectadas para recordar por qué el día anterior habíamos dibujado una serie de «manchas» aleatorias y ver el camino que tocaba seguir para llegar al resultado final: dibujar el rostro de tu compañero como «extrayéndolo» de las manchas. Para ello teníamos que basarnos en mayor medidad en los ejemplos de Pollock y Barceló.

Así que, rápidamente comenzamos a dibujar. Increíblemente pero cierto, tenía la sensación de que conseguiría un buen trabajo, ya que vislumbraba con claridad de dónde extraer el rostro y cómo hacerlo.

Tanto fue así, que al final dos de mis dibujos se expusieron en el «muro de la fama» de la clase. La satisfacción que sentí en este momento fue en tal grado que me sentía como una niña que disfrutaba de su helado y manchándose con él.

Éstos fueron los dibujos:

PMM-131004-001 PMM-131004-002 PMM-131004-003

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